lunes, 16 de septiembre de 2013

Definiendo los términos (2): responsable

Ya hemos analizado el doble significado de la palabra consumo, tanto en lo que significa de utilizar algo para satisfacer una necesidad como en lo que implica de gasto o de reducción de la disponibilidad de lo consumido. El matiz que introduce en este juego de significados el término responsable es precisamente el de apuntar al modo en que dicho equilibrio debe ser vivido en la práctica.

Veamos lo que de dicho término dice nuestro diccionario:
  1. Obligado a responder de algo o por alguien. 
  2. Dicho de una persona: Que pone cuidado y atención en lo que hace o decide.
  3. Persona que tiene a su cargo la dirección y vigilancia del trabajo en fábricas, establecimientos, oficinas, inmuebles, etc.
Es decir, que hemos de ser (1) capaces de dar respuesta de nuestro consumo, que hemos de saberlo justificar ante todo el que nos pueda plantear alguna pregunta, comenzando por nosotros mismos: ¿necesito consumir y, por tanto, gastar algún recurso para responder a esta necesidad? ¿Qué tipo de recurso, en qué condiciones...? ¿Llegará para todos los que lo necesiten? ¿Perjudicará a alguien tanto su uso como su escasez? Se nos invita a no consumir a lo loco, a no consumir por consumir (el consumismo que tanto critica la Iglesia), y a valorar en su justa medida nuestras necesidades y las consecuencias de satisfacerlas. Porque las hay, aunque nos hayamos acostumbrado a no verlas.

Tenemos, por tanto (2), que tener cuidado con lo que hacemos, cuidar la fuente de nuestros recursos, cuidar la vida y la naturaleza. Esa actitud de cuidado con lo que nos rodea nos hará ser sensibles a cualquier deterioro que podamos producir. El cuidado no hemos de reducirlo a cuidar de nosotros mismos, sino que debemos extender esta virtud del cuidado a nuestro entorno y al conjunto de la creación.

Y, como personas, no podemos olvidar (3) que estamos a cargo de la dirección del mundo creado, una dirección que debe ser responsable de todo y de todos: el dominio de la Tierra a que hace alusión Gn 1 no ha de ser un dominio tirano, sino un dominio responsable del lugar en que somos, nos movemos y existimos.

Consumir responsablemente, pues, no es más que una nueva forma de expresar la respuesta a la llamada que Dios nos hace en el momento de la creación. Ojalá vayamos siendo capaces de responder de lo que hacemos con el mundo que se nos ha regalado para vivir.


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