jueves, 21 de abril de 2016

Taller sobre la encíclica Laudato si, del papa Francisco, sobre el cuidado de la casa común

Pues sí, nos hemos lanzado. Un pequeño grupo de la parroquia, que ya llevábamos tiempo tras la relación entre cristianismo y ecología, compartiendo esta preocupación en un grupo con ese nombre, nos hemos lanzado a promover la conciencia ecológica en nuestra parroquia a partir de la encíclica de Francisco I sobre el cuidado de la creación (Laudato si). Nos ha inspirado para ello José Eizaguirre, compañero y motor de Cristianismo y Ecología y de Biotropía, que ya tenía preparado un taller con abundantes materiales que ha puesto a nuestra disposición. Con algunas adaptaciones, está siendo la base del taller que comenzamos el pasado lunes en los locales de la parroquia.

El objetivo del taller es acercar los conceptos clave de la encíclica, que suponen una sólida aproximación entre la fe cristiana y los valores del ecologismo integral, a la experiencia cotidiana de los creyentes de una manera abierta, sencilla y participativa. En conjunto, se compone de cuatro sesiones de hora y media en las que se irán desarrollando cuatro claves que hemos identificado en el documento: la conexión de toda la realidad (la idea de que todo está conectado aparece hasta 16 veces en la encíclica), la apertura a lo que aportan las ciencias y los movimientos sociales, sobre todo el ecológico, la dimensión ecosocial que debe tener, necesariamente, la espiritualidad cristiana, y la posibilidad de vivir el compromiso ecológico en la experiencia cotidiana.

La primera sesión tuvo lugar el pasado lunes 18 de abril, y se desarrolló con el siguiente esquema:
  1. bienvenida y presentación del taller y de cada uno de los participantes;
  2. inmersión en el texto de la encíclica a través de una dinámica de "cruce de citas", en la que se daba a cada participante cuatro tarjetas, cada una con una cita de distintos capítulos de la encíclica, y debían luego producirse "combates" por parejas con  citas del mismo capítulo para decidir cuál era la más significativa y así, tras sucesivos encuentros, acabar con una cita ganadora de cada capítulo, que pasaba a exponerse al grupo entero. Se producía así un contacto directo con el texto de la encíclica, se realizaba un recorrido rápido sobre su contenido y se facilitaba en encuentro entre los participantes
  3. oración basada en la toma de conciencia del cuerpo como sede de la persona y de las conexiones de cada persona con la Tierra, con la Vida y con los hermanos. El cántico de las criaturas, tomado de la película Clara y Francisco, y la lectura de Ezequiel 36, 24-8, con el don de un corazón nuevo, culminaron este momento de oración, que tuvo su broche, a modo de llamada de Dios a través del papa Francisco, en el visionado consecutivo de dos breves videos adicionales, uno artesanal que alude directamente a la crisis ecosocial en que nos hallamos inmersos, y otro oficial del papa, en que se presenta su llamada a conservar la casa común.
  4. exposición del leit-motiv del día, "Todo está conectado", con una relectura de textos de la encíclica que incluyen esa idea y una revisión de las conexiones de las que precisamos hacernos conscientes: con nosotros mismos, con los demás seres humanos, con la naturaleza, con Dios. 
  5. propuesta de trabajo hasta la próxima sesión: revisar cómo están nuestras conexiones vitales (personales, sociales, con la naturaleza, con Dios, incluso con nosotros mismos) y también las eléctricas, planteando la posibilidad de cambiar de entidad suministradora de energía a una de las que utilizan energía verde.
Bueno, pues así quedó la cosa enfocada para la siguiente sesión. Ojalá el proceso sea de provecho para todos los participantes, pero lo que sí está siendo ya para nosotros es una verdadera oportunidad para profundizar en esta ecología integral que propone el papa y que, de una manera u otra, intentamos llevar a nuestras vidas.